Al iniciar cualquier aventura siempre tengo la certeza de que Nuestro Creador nos toma de la mano y dirige nuestros pasos hacia lo que El nos tiene preparado con algún fin que será para bien de todos. Fue así como llegamos a Marrakech y ante la incertidumbre para localizar el Hotel y otros inconvenientes fuera de control apareció el joven Simo hablando en buen español y quién sin interés alguno se convirtió a partir de ese momento en nuestro ángel. Simo se convirtió en nuestro consejero, nuestro guía, nuestro compañero, nuestro hermano y así disfrutamos visitando las playas, los mercados, sus amigos, personas ancianas que confían en él y salen a su encuentro en las montañas, quienes además de compartir amor y necesidades, comparten con él y nosotras su pan y su té. Simo es un joven súper atento, respetuoso, con alto espíritu de servicio, con metas claras, aspiraciones, honrado, honesto, amante de la verdad y los buenos valores. Simo fue un conductor respetuoso. Además, busca rápida solución a los problemas que puedan presentarse. Conocedor de la logística del turismo, y brinda atención al interés de las personas a las que sirve. Envuelto en una especial aureola que atrae al caminar mucha energía positiva que abre puertas a todos quienes le rodean. Mi Experiencia fue maravillosa al conocer un poquito más de la cultura de Marruecos con un guía con valiosas raíces Bereber. Bendiciones Simo.